“Procuro el Predicador hallar palabras agradables” (Eclesiastés 12:10, RV95).
¿Cuántas palabras supones que saldrán de tu boca a lo largo de este día? De acuerdo con un estudio publicado en la revista Scientific American, en promedio, hoy saldrán de nuestros labios unas dieciséis mil palabras. ¿Y quiénes escucharán esas dieciséis mil palabras? Entre siete y quince personas. El ochenta por ciento de las palabras, es decir cerca de trece mil, serán dirigidas directamente a solo cinco personas, que pueden ser: tus amigos, tus compañeros de trabajo o tus familiares; en fin, los que forman parte de tu círculo íntimo. Por tanto, has de pensar muy bien qué les dirás, porque son los más allegados a ti. A propósito del uso de las palabras, el apóstol Pablo aconseja que nuestra “conversación debe ser siempre agradable y de buen gusto” (Colosenses 4:6). Por supuesto, para ello debemos tener una lengua controlada por el Espíritu de Dios.
El estudio dejó entrever otra realidad: que esas cinco personas que escuchan diariamente tus trece mil palabras, te dirigen diariamente sesenta y cinco mil palabras a ti. Esa es la cantidad de palabras que tiene un libro de más o menos doscientas páginas. Así que tus conversaciones con esas personas equivalen a leer un libro cada día. ¿Logras percibir la importancia que tiene saber quiénes son tus amigos más cercanos? Si ellos van a bombardear tu mente con miles y miles de palabras, ¿no crees que te vendría bien rodearte de gente que te ayude a ser mejor persona? Esas cinco personas han de ser para ti como un buen libro: han de ayudarte a crecer, a expandir tu vocabulario, a tener nuevas y edificantes experiencias. ¿Puedes identificar esas cinco personas en tu vida?
No hay duda: la gente con la que nos asociamos influye en nosotros para bien o para mal. Y así como las conversaciones de un día pueden ser enriquecedoras, de igual modo pueden acarrear nuestra ruina. El apóstol Pablo, citando a Menandro, un comediante ateniense que vivió en el siglo IV a. C, declaró: “Las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres” (1 Corintios 15:33, RV95). Elige bien las palabras que usarás en este día. De las dieciséis mil, una podría bastar para sanar o herir un corazón.
DEVOCIÓN MATUTINA JÓVENES 2016
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Por: J. Vladimir Polanco